Las madres que cuidan de sus hijos también son mujeres trabajadoras - NL

Las madres que cuidan de sus hijos también son mujeres trabajadoras

 

¿Cuánto vale el trabajo de una madre de familia que decide quedarse en casa para criar a sus hijos? ¡Es inestimable! No hay dinero en el mundo que pueda retribuir a las mujeres la valiosa tarea de la educación de los niños y de las tareas domésticas.
 Siempre hablamos de las mamás que trabajan y se ocupan de la casa y la familia, una combinación de capacidad y esfuerzo que muchas mujeres asumen y lo hacen a la perfección, pero hoy queremos hablar de las que eligen quedarse en casa y dedicar todo su tiempo al trabajo más gratificante y mal remunerado de todos que es ser madre y ama de casa.

¿Por qué cuando decimos que somos “amas de casa” muchas personas nos miran como si fuéramos extraterrestres? Hay quienes eligen por propia voluntad este trabajo que nunca termina y que demanda las 24 horas del día, que no tiene feriados ni vacaciones y que no es recompensado económicamente, pero que de igual manera las amas de casa realizan poniendo lo mejor de ellas en cada cosa que hacen.

En primer lugar, el mejor reconocimiento lo recibimos (y lo esperamos) de parte de nuestro compañero y padre de nuestros hijos. Sentir el apoyo y la comprensión de los hombres es una satisfacción que equivale a la mejor recompensa.

Matías cuenta su experiencia: “Me encontré con mi supervisora de ventas para tratar cuestiones laborales e hicimos una pausa para tomar un café. Antes de comenzar, me preguntó por mi esposa y por los niños. Le llamó mucho la atención que teniendo mis hijos ya 5 y 8 años, mi esposa no hubiera vuelto a trabajar, a lo que respondí que por el momento había decidido quedarse en casa con nuestros hijos.

Era casi cómica la cara que había puesto. Rápidamente aclaró que ella nunca podría quedarse todo el día en su casa porque se aburriría. Que tendría la necesidad de trabajar.

Costó mucho hacerle entender que mi mujer nunca deja de trabajar y le marqué el hecho de que ella y yo estábamos en ese momento tomando un café en mitad del día y habíamos dejado de trabajar durante unos minutos para tomar un café, algo que mi esposa no siempre podía hacer.”

Esto no va en detrimento de las mujeres que trabajan a tiempo completo ya sea porque lo eligen, o porque no tienen otra alternativa, como las madres solteras o las que tienen un marido que no gana lo suficiente como para mantener el hogar ellos solos.

Es necesario hacer reaccionar a la sociedad arrogante, materialista y hasta machista, para hacerle ver que esta discusión ni siquiera se tendría que estar planteando. Ni siquiera tendríamos que explicar por qué es importante el rol de las madres. Si en algunas culturas se venera la Maternidad, ¿por qué nuestra sociedad la trata como si fuera una enfermedad o un obstáculo?

¿Quiénes son las amas de casa?

Quienes eligen consagrarse por completo a la educación de los hijos, una tarea agotadora y sin igual, deberían ser colocadas en un pedestal. Deberíamos admirarlas y venerarlas de la misma manera que veneramos a los científicos o a los héroes de guerra.

Estas mujeres se dedican a algo hermoso, complicado, difícil, aterrador, doloroso, esencial y gratificante. Independientemente de lo que hagan, están construyendo algo y nuestra civilización depende de su labor. ¿Quién más puede decir que con su trabajo hace tamaño aporte? ¿Qué otro trabajo conlleva tantos riesgos, como el de formar a un individuo dentro de valores indispensables para ser hombres y mujeres de bien?

Ser Madre, no es un “oficio”. Un oficio es algo que hacemos durante una parte del día y que luego dejamos para retomar al día siguiente. Por ese oficio se cobra un salario. Con un oficio tenemos derechos, sindicatos y días de descanso; en cambio, ser madre que cuida en su casa a sus hijos, es un trabajo a tiempo completo que sólo recibe como recompensa el amor de su familia y los logros obtenidos reflejo del tiempo de calidad que se le brindó a cada uno.

Y por último, en un oficio todos podemos ser reemplazados, mientras que una madre es un ser único e insustituible.

Matías continua explicando: “Sí, mi esposa sólo es una madre. “Sólo” es eso. Ella sólo les dio la vida a mis hijos. Ella sólo les da vida a sus vidas y a su futuro. Ella sólo dirige una casa ocupándose de los niños que dependen solamente de ella. Ella sólo les enseña a nuestros hijos cómo ser una persona decente, cómo ser personas respetuosas, cómo conducirse en la vida, cómo ser solidarios y buenos. Ella es sólo la piedra fundacional de nuestra familia y mi apoyo moral. Ella es sólo el centro de nuestro mundo. Y la sociedad toda sucumbiría si ella y todas las demás madres renunciaran a la tarea colosal que realizan a diario.”

Emocionante, ¿no te parece?

Las madres trabajadoras, las madres amas de casa, las que están solas criando a sus hijos… todas merecen nuestro respeto y admiración. Ninguna debe sentirse juzgada por la decisión que toma o por la necesidad que tiene.

No se trata de evaluar quién trabaja más o menos, sino de ser justos al momento de calificar el trabajo que hacen las madres en casa. Ese no es el debate. Claro que las amas de casa también tienen tiempo para tomarse un descanso, pero no debemos caer en el errado concepto de creer que por estar en casa, están todo el tiempo descansando.

Desterremos la idea injusta de que estar ocupado implica estar haciendo algo importante y que por el hecho de estar en casa las madres nunca están ocupadas y por ende, su trabajo no tiene valor.
Son muchas las cosas que aun debemos modificar en nuestra sociedad y en nuestra cultura. Y esperamos que al final, cuando esos cambios lleguen, lamentemos y nos arrepintamos de la forma en que hemos tratado a nuestras madres.

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