A la hora de hacer un asado en familia o con amigos, muchas personas optan por la parrilla de gas, pero muchas veces se desperdicia el verdadero potencial que tiene debido a que no se utiliza de la manera adecuada.
En realidad los trucos son bastante sencillos, pues son una mezcla entre diferentes técnicas de cocción, los insumos que utilizas y algo del mantenimiento de este equipo.
Mejora el sabor de tus comidas
Una de los puntos a favor de las parrillas tradicionales es que el carbón le da un mejor sabor a las comidas.
Esto para algunos no deja de ser un mito, pero si en tu caso cuentas con una parrilla de gas, lo mejor que puedes hacer es invertir en diferentes tipos de madera, pues esto influye bastante en el sabor final que tendrán tus comidas.
Otro secreto consiste en el uso de líquidos para el adobo como la cerveza, vino o aguas aromáticas, dependiendo de tu gusto. Recuerda también que debes procurar que haya un espacio suficiente entre los alimentos y que cerca del 25% de la parrilla esté libre para que se pueda transmitir el calor adecuadamente.
Si cuentas con una parrilla con tapa, tendrás otra ventaja adicional, pues esta conserva mucho mejor el calor y favorece la cocción de alimentos fritos como las costillas.
Mantenimiento de una parrilla de gas.
Hasta aquí has dependido de tus habilidades como chef, pero es hora de ponerse manos a la obra para cuidar de tu equipo. La ventaja con este tipo de parrillas es que el aseo es más sencillo que en las de carbón, para lo cual bastará con quitar la rejilla y utilizar un cepillo para remover los restos de grasa.
Lo ideal es que se haga minutos después de haber cocinado, pues así evitarás que los restos de comida se adhieran a las paredes y tengas que utilizar un producto de limpieza extra.
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